Redescubrir el espacio público

El diseño urbano influye en cómo nos movemos y nos relacionamos. Una ciudad pensada para caminar promueve salud, seguridad y cohesión social.

Principios de una ciudad caminable

Beneficios psicológicos y sociales

Los entornos caminables reducen el aislamiento, estimulan la actividad física y mejoran el sentido de comunidad. Además, generan mayor vitalidad económica en barrios y centros urbanos.

Conclusión

Diseñar ciudades para las personas es invertir en bienestar colectivo. Una urbe caminable no solo mejora la movilidad, sino también la calidad de vida de quienes la habitan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *